lunes, 8 de diciembre de 2008

Ya, ya lo sé... (dedicado)

"Ya, ya lo sé. Sé que era evidente que aquello no podía durar. Sé que había señales que me decían que cambiara aquella situación. Lo sé. Soy consciente de que aguanté por esperanza, por dejarlo pasar pero, sobre todo, por no verme sola.

Odio estar sola.

Veía cómo los días pasaban y aquello, que ya no era simple monotonía -ojalá lo hubiera sido-, envenenaba mi mi existencia. No paraba de buscar excusas para evitar ir a casa; no quería volver ahí, al epicentro de mi malestar, donde nuestra dolorosa relación me hacía sentir la gangrena en mis sentimientos.
Estaba tan triste, tan sola, que cualquier pequeño detalle como una sonrisa, un chiste malo o que me hicieran reir era todo un mundo, y gracias a él sorteaba unos segundos de dolor.
Tenía que poner fin a aquello, pero me costaba mucho: había tanto en juego... Por una parte estaban las familias -¿qué dirían mis padres?-, los amigos comunes, la casa... Teníamos toda una vida planificada y sentía cómo se desmoronaba minuto a minuto.

Ya no podía más.

Aquel día llegó el momento: estaba realmente cansada, harta, y además buscaba cualquier mínima excusa para decírselo, tras años así. Y llegó, el esperado momento, llegó. Saqué fuerzas del más remoto rincón de mi corazón y dí el paso, dejándole las cosas claras y liberando, por fin, mi alma.
Los miedos y temores estaban más cerca que nunca pero estaba segura que, tras demostrarme a mí misma que aún guardaba fuerzas, podría superarlo. Y que la soledad acabaría por desaparecer."

Dedicado a Susana A.

-Él-

No hay comentarios: