martes, 27 de mayo de 2008

Hace... ¿Calor?

El tiempo poquito a poco se va poniendo cálido. Poco a poco da pie al acercamiento, al deleite con las curvas femeninas, a la imaginación... En estos momentos tan interesantes es cuando uno imagina cómo esos verdes parques llenos de cesped, árboles y rinconcitos tentadores resultan escondites perfectos para conocer el cuerpo del otro...

Esos momentos de "espera a que no pase nadie para escondernos", de respiraciones aceleradas y bocas entreabiertas cerca... muy cerca... De ojos mirándose fíjamente ese segundo, justo antes de cerrarlos para sentir al cien por cien el primer contacto entre los temblorosos labios...

El abrazo... El acercamiento... El levantamiento de la camiseta para acariciar la espalda con manos levemente frías, también temblorosas, que buscan todo el contacto posible.

Ese intenso minuto en el que se suceden desabroches de pantalones, levantamiento de camisetas y deleite de ropa interior adornados con suspiros y jadeos en creciente intensidad y velocidad...

Entonces ves el cuello, miras los ojos y te lanzas a besar muy, muy suavemente... Desde la orejita, que se te antoja como un rico aperitivo, bajando por el cuello despacio, muy despacio, rozando con los labios y la punta de la lengua al milímetro, poquito a poco, hasta casi el hombro. Así, ahí, deslizando en tirante del sujetador, fiel guardián de las curvas de una mujer... Lo dejas caer lentamente. Sólo de pensar en ese instante me estremezco. Pero no, no es el momento de entretenerse en pensamientos, porque ella aguarda, ansiosa, que continúe con mi labor.
Así que desabrochas, con mejor o peor fortuna, el cierre. Y tus manos caen... Caen con el sujetador, que retiras todo lo delicadamente posible para que ella, en un momento tan íntimo, se sienta arropada, protegida, tranquila. Entonces se lo quitas completamente; ella te mirará, porque necesita que la mires, que le digas con tus ojos "eres preciosa", que lo digas con el corazón y toda tu fuerza y sinceridad... Porque es lo que espera de tí, quiere gustarte. No la defraudes y hazla sentir especial. Ella confía en tí.
Los pensamientos se agolpan en la cabeza: "pégate a ella, une tu torso con el suyo, abrázala... Arrópala con tus brazos fuertemente, bésala... Entrelaza tus dedos con los suyos y congela el momento para que dure toda una eternidad. Saboréalo..."
Entonces separas el cuerpo del suyo, vuelves a buscar su mirada... Ella tiene las pupilas completamente dilatadas, está nerviosa pero deseosa...
Y justo en ese momento oyes unos pasos; alguien se aproxima a vuestro escondite. Tienes que coger la ropa, ponertela rápidamente y salir corriendo. Pero ya nada es igual; todo ha cambiado. Sólo tienes que ver que las manos de los dos, mientras huís pícaramente, están fuertemente cogidas. Y ya no se separarán más.

-Él-

¿Cómo hacer feliz a una mujer?

Muchos son los hombres que se preguntan cómo hacer feliz a una mujer... Muchas son las preguntas que atormentan a aquellos que, por alfa o por beta, no aciertan a dar en el clavo, en la clave, en la esencia que nutre su propia relación y mantiene unidas ambas partes.
Yo pregunto, a esos hombres que se encuentran perdidos... ¿Habláis con vuestras parejas? ¿Escucháis -que no oís- lo que tiene que deciros?
Quiérela, escúchala, ámala, siéntela, bésala... Hazla sentir especial todos y cada uno de los días que estés con ella. Dile que la quieres, que la amas si así es... Dile que es preciosa, porque para tí debe serlo... Dile lo mucho que te gusta estar con ella... Y no, no debe suponerte ningún esfuerzo, si realmente la amas. Sólo deja, olvida, acaba con todos esos tapujos, con todos los límites y deja que tu alma viaje entre vuestros corazones.

-Él-

Muchas ideas.

A veces es complicado no ceder a la tentación de probar nuevas experiencias o de cambiar lo viejo por lo nuevo.
En estos momentos donde pulimos detalles, completamos escenas y ponemos imagen al texto aparecen muchas ideas nuevas para continuar nuestras historias. Y es tremendamente difícil no ceder a la tentación. Hay algunas interesantes, otras "diferentes", unas más o menos poéticas... Hay de todo. Gracias a que llevo siempre un cacharro donde apuntar todas estas ideas no caen en el olvido y así nuestro siguiente proyecto, del cual os daremos un pequeño adelanto en las próximas semanas, va tomando forma.
La línea genera de cada historia -que habrá varias- va tomando forma; La temática general, también. Habrá sorpresas. Cuando vayamos cerrando detalles os los pondremos aquí. Y esperamos que os guste. Ya sabéis que va por vosotras.

-Él-

La historia continúa

Nuestro pequeño viaje se alarga...
Es duro definir con palabras una serie de sensaciones que resultan indescriptibles por lo maravillosas y poco físicas de su naturaleza.
Nuestra historia sigue, sí; va progresando... Pero es difícil.
Todos los días nos enfrentamos a decisiones delicadas: qué debe hacer él, cómo lo sentirá ella, qué escenas ilustrar... No es nada fácil.
Al tratarse de situaciones tan sumamente íntimas, tan profundas, mucho más allá de lo meramente corpóreo, resulta complicado.
Hemos tomado la decisión de enviaros partes del texto para que opinéis; sois vosotras por quienes hacemos todo esto, para que sintáis que sois especiales, que podéis encontrar el camino para ser plenamente felices y, sobre todo, para que no renunciéis a esas cosas que os hacen ser y sentir como verdaderas, auténticas mujeres.
Pronto necesitaremos vuestra ayuda... ¿Estaréis ahí?

-Él-

Muy cerca de tí.

Mira bien... Está muy cerca de tí.
Sólo tienes que despertar, permanecer atento y dejar que tu cuerpo sienta... Que capte el mensaje.
Mira bien... Ella está ahí, a tu lado; tan cerca que parece ridículo no percatarse; tan cerca que sus vibraciones te atraviesan.
Mira bien... ¿No te das cuenta? Despierta, despierta de una vez. Ella está ahí, para tí, esperándote.
Deja los temores, olvida lo demás... Ella está ahí muy, muy cerca de tí.

-Él-

Lo primero y lo último

Lo primero y lo último que yo quiero ver eres tú; son tus ojos, tu piel, tu sonrisa... Lo primero y lo último que yo quiero sentir es tu piel, tus manos, tus labios... Tu respiración, tus gestos, toda tú.
No me gustan los maquillajes, no disfruto de lo que "te tapa" o me confunde. Eres tú lo que yo quiero ver, con lo que me deleito antes de dormir, con lo que sueño durante toda la noche y lo primero que veo al despertar. Eso, eso es lo que me enloquece, lo que aviva mi llama interior y me une a un deseo supremo por no dejar de soñar cada día contigo.
Eres tú lo que me gusta ver... Lo primero y lo último de cada día. Lo que yo veo está muy detrás de una pintura; porque yo te veo a tí. Y eso, sin duda alguna, me vuelve loco.
Mira bien. Seguro que tú también tienes cerca algo maravilloso que mirar cada mañana.
Deléitate en sus detalles; disfruta de dulce olor... Tan dulce... Mírala -o mírale- y recuerda qué le hace tan especial.

-Él-

lunes, 26 de mayo de 2008

Lo que ella desea

Lo que ella desea es muy diferente a lo que todo el mundo puede pensar...pero tan difícil de encontrar...(al menos hasta ahora)
Sería tan sencillo desear un polvo en los baños de cualquier garito. Unas copas con cualquier compañero de trabajo, unas risas falsas y algunos jugueteos con un rizo...Y que luego no significara nada más que una insatisfacción tan molesta como la más que probable cistitis.
En realidad,lo que tant0 desea...ya lo tuvo una vez.
De esa noche recuerda dos cosas: lo mucho que le sorprendió lo que el simple roce de una mano le hizo sentir, y lo poco que le importaba el resto del mundo mientras duraban esas caricias clandestinas.

Ni siquiera hubo un beso. ¿Un simple beso?...Eso hubiera significado la condena.
Desea entregar sus labios mucho más que todo su cuerpo. Su cuerpo ya lo ha entregado tantas veces antes, que ya esta inmune, insensible y frío. Pero sus labios no.
Ya no recuerda el sabor de la pasión en sus labios.

-Ella-

viernes, 23 de mayo de 2008

¿La viste?

Es ella; el primer boceto. Ya te dije que tenía algo especial. ¿Te gusta? No puedes negar que reúne esa deliciosa mezcla de picardía, inocencia y feminidad que tanto acelera. Podría escribir páginas y páginas sobre cómo es, por qué me gusta, me encanta y me hace desear acercarme un poquito más. Tú, que lees este mensaje, guardas dentro la misma esencia. Descúbrela, y úsala sólo como tú sabes, sólo como una mujer puede usarla... Es... Delicioso.

-Él-

jueves, 22 de mayo de 2008

Historia de cómo es la protagonista

Cuando llegamos al punto en que debíamos dar forma, cara y cuerpo a los personajes de la historia varias ideas rondaron nuestras mentes. Cuando "Ella" empezó a dibujar las primeras líneas yo tenía bien claro lo que quería ver; porque necesitaba contemplar esa forma que aparecía una y otra vez en mi mente mientras escribía. Aquella chica, con sus gestos, sus movimientos, sus expresiones, lo que inspiraba, lo que parecía que pensaba... Todo estaba perfectamente calculado. Dónde, cómo vivía, cómo pensaba... La protagonista tenía que mantener esa esencia clave que desataba en mi mente el ardiente deseo de complacerla a toda costa y olvidarme del resto del mundo mientras estuviera con ella.
Pero decidí esperar. Quise conocer la visión que "Ella" tenía de la chica, sobre todo después de haberle enviado las primeras páginas de la historia para que me diera su opinión -le gustó-.
Ni que decir tiene que "Ella" es una artista; tiene la capacidad de calar en lo más hondo de los sentimientos de aquellos afortunados que tenemos la oportunidad de disfrutar observando sus ilustraciones. Esta vez, sin embargo, la prueba consistía en calar en mí, conectar con mis ideas. Y no pretendo pecar por tener un ego exagerado; a lo que me refiero es a que para mí era importante que ese dibujo expresara todo lo que rondaba por mi cabeza a la hora de escribir; que cuando me faltara la inspiración pudiera mirarlo y volver a encontrarla. No quería un calco de una idea, sino que la "esencia" fuera la misma. "Ella" es la artista, es la que imprime realismo y materializa una idea; y es increiblemente buena, más que de sobra para ser capaz dar forma a lo que mis humildes palabras buscaban.
Lo que le conté sobre la protagonista, cómo la veía, cómo pensaba, su forma de ser y, sobre todo el por qué me volvía loco calaron hondo en "Ella". Trajo un primer boceto de la chica, vestida tal y como describí, morena, pelo largo... Prácticamente todo era perfecto; incluso la postura como aparece al comienzo de la historia. Pero algo me faltaba. Necesitaba un pequeño retoque, difícil de explicar, que "transmitiese" al primer vistazo. Entonces llegó con el boceto que podrás ver en su continuación a este post.
Quedé sin habla.
Todo era perfecto: desde la carita dulce, con los coloretes y unas poquitas pecas, reforzando esa cara de dulce niña que guarda en su interior y que tanto apetece achuchar hasta el escandaloso cuerpo de marcadas curvas, indudablemente apetecible para todo ser mortal. Los ojos, muy abiertos, mezclan un tinte de timidez y deseo, conlas pupilas dilatadas, la boca entreabierta, pidiendo un dulce beso y dos fuertes brazos rodeando su estrechita y marcada cintura. La curvatura del cuerpo me encantaba, aunque eché de menos ver sus manos y culito. Me considero un hombre de detalles, me gusta mucho observar, deleitarme con cada milímetro del cuerpo de una mujer dulce, más si cabe cuando transmite -una expresión que uso mucho-. Pero entre todos esos detalles había uno en particular, uno que puede pasar desapercibido al principio, que resultó clave: su pelo. Ondulado, rubio, largo... Suave, como imaginaba... Un pelo en el que perder los dedos, acariciándolo, es un auténtico placer; sobre todo con esos dos ricitos que le caen por la cara y que me vuelven loco. Sí, me vuelven loco, completamente loco. Aquella guinda coronaba el perfecto pastel que era el boceto de la chica.
"Ella" lo consiguió; entró dentro de mi mente y supo extraer la esencia que buscaba, plasmada en ese personaje. No hay duda, "Ella" es la mejor. Doy gracias por conectar con ella así.

-Él-

Apartar la mirada

Divertida y patosilla adolescencia la nuestra, que nos pasamos la noche en la discoteca de turno buscando una chica que nos guste. Divertido es verlo desde el presente y hacia los tiempos pasados, donde tus ojos y los de ella coincidían en un mismo trayecto y no eras capaz de mantener su mirada; ellas son fuertes. Mantener la mirada en ese punto era muy, muy difícil: daba verguenza, reparo, "corte"...
Ahora sabes qué significaba, cuál era su juego. Ahora sabes lo que querían decir, hasta qué punto podían y querían llegar, ahora conoces su terreno, su juego, y puedes jugarlo con dos manos diferentes. Por un lado la mano de la perseverancia, manteniéndote en tus trece, sin quitarle los ojos de los suyos, superando la -dura en aquellos tiempos- prueba de no mirar un escote, de no ver un pedazo de apetitosa carne; o también puedes, sencillamente, mirarla. Deléitate con ella, no con su cuerpo; mira su alma, no sus ojos; lee sus labios, no sus palabras; embriágate con ella, no fantasees. Hazlo con todo tu ser, sin pretender nada más que conocerla como mujer, al ciento uno por cien. Entonces ella puede que retire su mirada.
¿Quieres jugar a un juego?

-Él-

Un punto de inflexión

Los chicos somos simples. Y en esa sencillez, en esa simplicidad reside la dificultad de la mujer para entendernos.
Realmente sólo nos separa una fina, finísima barrera que no es difícil de superar, aunque sí de ver.
Descubrir el juego, la complicidad, el encanto, el mensaje y el lenguaje corporal de una mujer, leer entre líneas sus palabras, comprender el significado... Todo tiene sentido cuando dejas de hacer caso sólo a tus hormonas y empiezas a escuchar. Porque sí, definitivamente, existe un punto de inflexión donde el hombre es capaz de entender perfectamente a la mujer. Anímate; sólo tienes que escuchar desde el interior, de conectar tu alma con la suya, de captar el ambiente, lo que os rodea, y de interpretarlo correctamente. Es mucho más simple de lo que crees. Y ella te estará eternamente agradecida, premiándote con el mejor de los regalos: ella; ella en todo su ser, en su esencia. Descubrirás la mujer que se esconde tras la mujer, la niña que se oculta tras la niña, la... No, no voy a continuar. Debes descubrirlo tú. Porque sólo así, viviendo cada instante por tí mismo, serás capaz de valorar todo lo que una mujer te puede ofrecer. Busca tu punto de inflexión. Merece la pena.

-Él-

En un segundo

Un segundo. Es todo lo que necesitas para entender a una mujer; porque en un sólo segundo ella te manda su mensaje, te envía su estado, receptividad y estado anímico. Esos cruces momentáneos de miradas en cualquier sitio te pueden hacer comprender todo un mundo de ideas, inquietudes y deseos que, si sabes interpretar, son como un regalo.
¿Sabes la cantidad de cosas que pierdes por no abrir los ojos?

-Él-

Sólo hace falta escuchar

¿Por qué? La mujer habla. La mujer habla constantemente; pero el hombre no escucha.
La mujer se expresa claramente, sinceramente, con una honestidad y claridad cristalinas, puras, y no tan complicadas de interpretar.
La mujer habla, transmite, da, aporta... Pero el hombre no, no escucha, se niega, no se molesta en oir, en escuchar, en comprender...
El lenguaje es diferente pero el mensaje es claro. Y no hace falta demasiado esfuerzo para comprender. Si supieran... Si supiéramos lo valioso de esa información lo tendríamos todo en nuestras manos.
El hombre no escucha, no lee, no mira, no siente casi nada. El hombre tiene un universo delante y no lo explota, no lo coge.
He podido leer; he podido escuchar; pero sobre todo he podido sentir. Sé lo que es, lo que da, lo que aporta, y no quiero, por nada del mundo querría, olvidarlo.
Ahora sé un poquito más, conozco el mensaje, la forma y el camino. Y es increíble.
La mujer aporta y todavía algunos, pocos, estamos escuchando. A tí.

-Él-

Sensaciones

Intense sensations... Sensaciones intensas. Aquello que nos hace estremecer, que nos convierte, que nos mueve, que nos guía y nos hace perder el sentido; todo un cúmulo de cosas que que nos rodean y a veces resulta complicado interpretar, pero más difícil transmitir. Las mujeres juegan en este terreno desde hace mucho más tiempo que los hombres y transmiten, sienten y dan mucho más de este modo, más sutil que el de nosotros los hombres.
Existen formas o métodos para captarlas, interpretarlas y devolverlas con la misma forma para crear intensas sensaciones que compensan todo lo imaginable, toda labor o esfuerzo.
Nosotros buscamos esas sensaciones, las transportamos directamente a tí, a tu interior, para que descubras que todo un universo más allá de la realidad que te ha tocado vivir donde tú, y sólo tú, eres la protagonista. Esto va por y para tí.

-Él-