jueves, 22 de mayo de 2008

Historia de cómo es la protagonista

Cuando llegamos al punto en que debíamos dar forma, cara y cuerpo a los personajes de la historia varias ideas rondaron nuestras mentes. Cuando "Ella" empezó a dibujar las primeras líneas yo tenía bien claro lo que quería ver; porque necesitaba contemplar esa forma que aparecía una y otra vez en mi mente mientras escribía. Aquella chica, con sus gestos, sus movimientos, sus expresiones, lo que inspiraba, lo que parecía que pensaba... Todo estaba perfectamente calculado. Dónde, cómo vivía, cómo pensaba... La protagonista tenía que mantener esa esencia clave que desataba en mi mente el ardiente deseo de complacerla a toda costa y olvidarme del resto del mundo mientras estuviera con ella.
Pero decidí esperar. Quise conocer la visión que "Ella" tenía de la chica, sobre todo después de haberle enviado las primeras páginas de la historia para que me diera su opinión -le gustó-.
Ni que decir tiene que "Ella" es una artista; tiene la capacidad de calar en lo más hondo de los sentimientos de aquellos afortunados que tenemos la oportunidad de disfrutar observando sus ilustraciones. Esta vez, sin embargo, la prueba consistía en calar en mí, conectar con mis ideas. Y no pretendo pecar por tener un ego exagerado; a lo que me refiero es a que para mí era importante que ese dibujo expresara todo lo que rondaba por mi cabeza a la hora de escribir; que cuando me faltara la inspiración pudiera mirarlo y volver a encontrarla. No quería un calco de una idea, sino que la "esencia" fuera la misma. "Ella" es la artista, es la que imprime realismo y materializa una idea; y es increiblemente buena, más que de sobra para ser capaz dar forma a lo que mis humildes palabras buscaban.
Lo que le conté sobre la protagonista, cómo la veía, cómo pensaba, su forma de ser y, sobre todo el por qué me volvía loco calaron hondo en "Ella". Trajo un primer boceto de la chica, vestida tal y como describí, morena, pelo largo... Prácticamente todo era perfecto; incluso la postura como aparece al comienzo de la historia. Pero algo me faltaba. Necesitaba un pequeño retoque, difícil de explicar, que "transmitiese" al primer vistazo. Entonces llegó con el boceto que podrás ver en su continuación a este post.
Quedé sin habla.
Todo era perfecto: desde la carita dulce, con los coloretes y unas poquitas pecas, reforzando esa cara de dulce niña que guarda en su interior y que tanto apetece achuchar hasta el escandaloso cuerpo de marcadas curvas, indudablemente apetecible para todo ser mortal. Los ojos, muy abiertos, mezclan un tinte de timidez y deseo, conlas pupilas dilatadas, la boca entreabierta, pidiendo un dulce beso y dos fuertes brazos rodeando su estrechita y marcada cintura. La curvatura del cuerpo me encantaba, aunque eché de menos ver sus manos y culito. Me considero un hombre de detalles, me gusta mucho observar, deleitarme con cada milímetro del cuerpo de una mujer dulce, más si cabe cuando transmite -una expresión que uso mucho-. Pero entre todos esos detalles había uno en particular, uno que puede pasar desapercibido al principio, que resultó clave: su pelo. Ondulado, rubio, largo... Suave, como imaginaba... Un pelo en el que perder los dedos, acariciándolo, es un auténtico placer; sobre todo con esos dos ricitos que le caen por la cara y que me vuelven loco. Sí, me vuelven loco, completamente loco. Aquella guinda coronaba el perfecto pastel que era el boceto de la chica.
"Ella" lo consiguió; entró dentro de mi mente y supo extraer la esencia que buscaba, plasmada en ese personaje. No hay duda, "Ella" es la mejor. Doy gracias por conectar con ella así.

-Él-

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