domingo, 9 de septiembre de 2012

Maletas y trenes

...
Y pasaste a mi lado. Te veía acercarte desde donde estaba apoyado en la pared mientras se oía aún el pitido que avisaba del cierre de puertas del tren. Miré tú llamativo pelo color rojizo mientras girabas ep cuello para, por un segundo, cruzarse con mi mirada. No pude evitar sonreír al verte dar cortos pasitos para colocarte de pie en el vagón junto con la maleta de la que tirabas. La dejaste en el rincón, más o menos estable, y comenzaste a recorrer el vagón buscando un sitio.
Entonces pasaste a mi lado y un nuevo cruce de miradas tuvo lugar. Asombrado por la hermosura de tu cara y la cercanía de tu cuerpo aspire profundamente sin darme ni cuenta y tu dulce olor penetro mis pulmones hasta llegar al corazón. ¿cómo podías oler tan bien? Embriagado, suspire tan profundamente que te diste cuenta. Y medio segundo después la maleta cayó con un golpe seco al otro lado del vagón. ¿quién diría que ese instante causaría todo aquello después? ¿o quizá fue la sonrisa que me regalaste cuando te ayudé a levantar el equipaje?
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-él-

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